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Tengo que adelgazaaaaaaaaar, dios mío. Es como si un monstruo se apoderase de mí y mi obligara a comer por la noche. No puedo negar que aunque me sienta culpable me relaja y me tranquiliza, dejo de estar tan estresada. Durante un rato, me encuentro en calma. Me da hasta repelús esta manera de hablar sobre la comida, aunque supongo que en el fondo tiene un poquito de adicción. 
Además, no tengo fuerza de voluntad, para nada. Nunca llevo las cosas al día o mantengo ninguna rutina. Y sé que es la causa de que luego me agobie tanto, sé que si controlara más mi vida me sentiría mejor. Pero es tan difícil. 
Parece que esperase un milagro que me ayudara a cambiar, y es que, después de fallar tantas veces, no encuentro la motivación para hacer nada. 
En dos días tengo el último examen, y el día siguiente ya tengo que volver a clase. Intento ser positiva, pero la verdad es que no quiero ir, pasarme los días en la universidad me drena la energía, una energía que debería emplear para en casa seguir estudiando y hacer cosas. Me he prometido a mí misma intentar de nuevo ser más organizada, controladora e intentar llevar todo bien para ahorrarme el desgaste mental. 
Supongo que será desgaste mental=desgaste físico, pero merece la pena, ¿no?



Sapphire.



1 comentario:

Emi.- dijo...

merece la pena intentarlo. Tomalo con calma una cosa a la vez, y verás como de a poco todo va tomando forma.
Te mando un abrazo, puede que lo necesites igual que yo.
un beso :*